25 de junio de 2017

Paillihue. Historia antigua e identidad.

Introducción.

Cuando me preguntan de dónde soy, siempre digo con orgullo que soy de Los Ángeles, a pesar de haber nacido en Collipulli y de haber dejado de vivir aquí más de la mitad de mi vida. Con el mismo orgullo también digo que casi toda mi etapa como angelino la viví en los campos de Paillihue. Hice el Kinder y el Primero Básico en la Escuela N° 60, bajo la dirección de don Gilberto Cabezas, de quien hoy casi nadie se acuerda, pero yo aún lo veo llegar en su camioneta Chevrolet 51 azul.

Entre el barrio y la escuela recuerdo a muy pocos amigos de infancia, dado el paso del tiempo y los estragos que hace en la memoria. Son más los rostros que los nombres, pero los mantengo en mi mente. ¿Qué habrá sido de ellos? Mi madre, profesora de enseñanza Básica de la misma Escuela 60, posteriormente llamada E – 922, entre 1972 y 1993, aún es reconocida por sus alumnos “Paillihuanos” y la recuerdan con cariño en donde la encuentran.



Recorrí las calles Santiago Barrera, Los Gladiolos, Balbino Sanhueza, René Schneider, Teniente Merino, René Sepúlveda o Edmundo Arellano, donde estaba mi escuela… ¿Quién no fue a comprar al negocio de la señora Raquel? ¿O la herrería de los Paredes? (¡Herrería, pues! De esas de verdad…) El tradicional boliche El Tiburón, o los inicios de Super Pan… Por supuesto los inolvidables viajes en micro hasta paradero de la “Paillihue Avellano” en la esquina del retén, en calle Los Carrera, para luego irme a pie por un pedregoso camino El Peral, dirección que aún mantengo en el Registro Electoral... Claro que esa dirección ya no existe. Hoy sería algo así como Francisco Encina, entre Andrés Bello y Alberto Blest Gana. Ya no recuerdo bien dónde quedaba la entrada del campo. Lo cierto es que uno no se sentía en Paillihue si no se cruzaba el río por ese puente peatonal metálico, con base de madera al que le faltaba una que otra tabla...


Pero más que latearlos al hablar de mis recuerdos, quiero dedicarme a dar a conocer lo que he logrado encontrar hasta el momento sobre la historia de Paillihue. ¿Cuándo se formó? ¿Quiénes fueron los primeros propietarios? ¿Quiénes fueron antes? Son preguntas que forman parte de nuestra identidad territorial, de nuestro entorno, nuestro micro cosmos que hace que miremos al pasado para remontarnos al futuro. Fue precisamente al dedicarme a estudiar mi propia historia familiar, cuando me encontré con la historia de Paillihue y la que quiero compartir con ustedes y a la vez invitarlos a re descubrir sus propias historias familiares.

Significado.


Paillihue, según el Diccionario Geográfico de la República de Chile (1899), es un “riachuelo del departamento de Laja que nace en la parte oriental de la comarca de Umán; corre al S.O. vecino por el sur a la ciudad de los Ángeles y va a morir en la derecha del Duqueco, rodeando por el oriente el cerro de Mesamávida. Es de unos 20 kilómetros de curso y de poca agua ordinariamente. Sus riberas comprenden fundos de su mismo nombre. Se dice también Pallihue, y es tal vez uno y otro inmutación de palihue, espacio llano o patio.

Según otros, viene de la voz mapuche “Palinhue” que es el lugar donde se juega Palín o chueca. Dado lo plano de los potreros del campo donde me crié, creo que califican para tal efecto.

Primeros dueños de las tierras.

No es para nada extraño pensar que en la zona de Paillihue hubiera asentamientos mapuches, ya que no fueron pocos los hallazgos que encontré en mi niñez que demostraban su presencia. Piedras horadadas, toquicuras, restos de cerámica indican la actividad de los pueblos originarios en la zona. Sin embargo, la referencia documental más antigua que encontré hasta ahora sobre propietarios del sector, fue el testamento de doña Clorinda Riquelme y del Río (1824 – 1898), viuda de José María de la Maza y Mier, fechado en Concepción el 5 de julio de 1898, en donde expresamente indica “Lego a mi nieta Amelia Maza de Padilla cinco mil pesos i el fundo Palihue ubicado en el Departamento de La Laja.

Doña Clorinda era hija de don Manuel Riquelme de la Barrera y Vargas Machuca, medio hermano de doña María Isabel Riquelme Meza, y por tanto, prima de don Bernardo O’Higgins Riquelme. Se casó en Los Ángeles el 14 de agosto de 1838 con don José María de la Maza y Mier (1811 – 1875), siendo los padres de don Juan Adonai de la Maza Riquelme (1851 – 1851), padre de la mencionada heredera María Amelia de la Maza Aguilera, casada con el General de División don Tulio Padilla Anguita.

El 29 de enero de 1909, doña Amelia de la Maza vendió a crédito el fundo Paillihue a don Alberto Kleinknecht, quien antes en 1887 se había desempeñado como el primer profesor del Colegio Alemán de Temuco.

Posteriormente don Alberto dio el fundo en garantía junto con otras propiedades, a mi bisabuelo don Daniel Kröll Wechselberger colono alemán de padres austriacos, el 3 de julio de 1911 por ser este último aval en un préstamo que tenía el señor Kleinknecht con el Banco de Chile.

La Población Siglo Veinte.

Luego, el 17 de enero de 1914, un señor dedicado a la compra – venta de inmuebles, don Balbino Sanhueza, obtuvo en cesión de don Alberto Kleinknecht de una parte del fundo Paillihue, “con el único fin de formar una población que se denominará Siglo Veinte, ocho manzanas de terreno, que medirá cada una de ellas ciento veinticinco metros por cada uno de sus lados y el terreno suficiente para la formación de calles con el ancho acostumbrado, terreno que se halla hubicado dentro de la quinta del señor Kleinknecht, situado al lados sur del estero Paillihue y deslinda en general por el poniente, camino público que de esta ciudad conduce a Villucura y otros puntos, y con sucesión de don José del Carmen Pulgar, por el sur, camino que de esta ciudad conduce al Pino, Peral y otros lugares y por el norte con el estero Paillihue y oriente, más terrenos del señor Kleinknecht.” Es decir, lo que hoy llaman “Paillihue antiguo”, entre las actuales calles René Schneider, Francisco Encina, Los Carrera y el estero Paillihue.

Así es que legalmente, Paillihue está de aniversario los 17 de enero con flamantes 103 años, puesto que éste es el documento legal más antiguo que he encontrado, que menciona la primera población urbana de nuestro barrio, el cual se encuentra inscrito en el Conservador de Bienes Raíces en el número 427 fojas 218 a 219 del año 1914. Espero que los dirigentes actuales consideren esta fecha dentro de sus actividades, por lo menos hasta que algún historiador calificado encuentre otro documento anterior que indique lo contrario. Lamentablemente nos perdimos el centenario.

Continuando con la historia, don Daniel Kröll, quien era el fiador o aval del señor Kleinknecht, debió autorizar el contrato de cesión con don Balbino Sanhueza el 4 de marzo de 1915 y “consintió en la venta de los sitios que hagan los señores Kleinknecht y Sanhueza y se dijo expresamente por él, que cada comprador de sitio de esa población queda libre de gravamen…” Es lo que expresa el documento de esa fecha.

Los primeros propietarios de sitios.

Entre 1914 e inicios de 1915 se vendieron alrededor de 30 sitios, pero al parecer, los negocios del señor Kleinknecht no fueron muy fructíferos, o los fondos de las ventas no se destinaron a pagar la deuda, por lo que el 29 de marzo de 1915 don Daniel Kröll le embarga la garantía firmada en 1911 por no pago, quedando fuera del embargo los sitios ya vendidos a particulares entre el 6 de mayo de 1914 y el 4 de enero de 1915, realizándose finalmente la venta judicial en favor del señor Kröll, el 14 de mayo de 1915. Los nombres que logré recopilar de estas primeras adquisiciones son los de Tomasa ArratiaJosé Celestino Delgado, Genaro Fernández, José Miguel Freire, José Mercedes González, José Mercedes Guajardo, Luis Olivares y el señor Isaías Quijada.

Inmediatamente el 19 de mayo de 1915, don Balbino Sanhueza, seguramente para no perder su legítimo negocio, compró a Daniel Kröll todos los derechos que le correspondían de las ocho manzanas de la Población Siglo Veinte, a crédito, por supuesto, quedando el comprador en absoluta libertad para seguir la venta de los sitios, libres de gravamen una vez adquiridos por sus nuevos dueños, siendo en esta etapa el primer adquiriente de varios de estos sitios don Felipe Santiago Barrera Sáez, el 24 y el 28 de mayo de 1915, al que se sumaron nuevamente doña Tomasa Arratia, doña Estefanía López, Felidor Abello, Marcos Arratia, Celestino Delgado, Zenón Delgado, José Eucarpio Figueroa, otra vez don José Miguel Freire, José Mercedes González, José Miguel Guzmán, Alberto Jara, Marcos Segundo Jara, Ramón Lagos, Anselmo Larenas, Zenón IturraIsaías Quijada Jara, José Domingo Riffo, Alberto Ríos Poblete, José Santos Saavedra, José Segundo Salazar,  Bartolo Sánchez y Vicente Clodomiro Solar, comprando entre todos un total de 56 sitios entre el 22 de mayo de 1915 y el 24 de mayo de 1916.

Como posiblemente los fondos iban directo a pagar la deuda que tenía don Balbino Sanhueza con Daniel Kröll, el 11 de agosto de 1916 don Alberto Kleinknecht interpone una prohibición de enajenar los bienes embargados en contra de este último, pero como ya había vendido anteriormente los derechos a don Balbino, éste siguió vendiendo los sitios de la futura Población Siglo Veinte, sin hacer caso de la prohibición, incorporando a nuevos dueños como don José Luis Alarcón, Luis Berrocal, José Heriberto Contreras, Juan de Dios Esparza, José Eucarpio Figueroa, nuevamente don José Miguel FreireZenón Cristóbal Freire, Marcos Hernández, otra vez Zenón Iturra, Froilán Jara, Honorio Lagos, Ricardo Meneses, Ruperto Ramos, Candelario Seguel, Armando Solar, Clodomiro Solar, Teodosio Solar y Juan Manuel Torres, que en conjunto sumaron 69 nuevos sitios. Se menciona en algunas escrituras un deslinde de un señor Cid, pero a la fecha no he encontrado ninguna escritura que lo vincule a la compra de sitios en la población. 

¿Cuántos de esos primeros propietarios tienen aún descendencia en Paillihue?

El 20 de septiembre de 1929 fallece don Balbino Sanhueza, dejando el proyecto de la Población Siglo Veinte inconcluso, legando sus propiedades a sus hijos naturales, Nieves, María Carmela, Cristóbal Sanhueza y Manuel Claro. Dentro de estas propiedades existen alrededor de 50 sitios en la población Siglo Veinte, que fueron parte de un embargo realizado el 4 de septiembre de 1930 a la sucesión de Balbino Sanhueza, en favor de doña Rosa Filla Gacitúa, hija de Johann Fülla, colono austriaco avecindado en la Colonia Humán en 1859, quien sería la última propietaria de los terrenos restantes de la población Siglo Veinte, registrada en los documentos del Archivo Nacional hasta el año 1934. Investigaciones posteriores nos indicarán quiénes fueron los siguientes dueños de los sitios de Paillihue antiguo. 

En la vorágine de la vida, de a poco fueron conformándose los sitios y quintas del Paillihue antiguo de principios del siglo XX. Mis abuelos llegaron a vivir a la quinta que estaba frente al retén de carabineros (hoy Supermercado A Cuenta), a finales de la década de los 30, naciendo mi papá en 1940 y yo en 1969, siendo Paillihue mi primer hogar. En 1972 nos trasladamos a la casa que construyó mi papá en el campo, que aún está, creo, entre los hualles del sitio de la forestal, dueña de una parte de las tierras desde 1989. Lo demás, forma parte del cotidiano olvido de las nuevas gentes que llegaron a poblar los potreros de mi infancia.

Epílogo.

Aunque viene bien de cerca, pienso que a Paillihue le hace falta recordar a estos primeros protagonistas de su historia primigenia y que están ausentes en los nombres de sus calles, Alberto Kleinknecht y Daniel Kröll, así como el de los primeros propietarios de la Población Siglo Veinte. Ojalá que en algún nuevo trazado de calles se acuerden de ellos, aunque sea en algún callejoncito sin salida…

Finalmente, algo de crédito en la historia local se le debe a Daniel Kröll Wechselberger, así como a muchos otros protagonistas silenciosos. Es cierto que hacia el final de sus días se dedicó al negocio de prestamista, pero ¿quiénes somos nosotros para criticar con ojos modernos las costumbres de antaño? La especulación era lo habitual entre los que podían retirarse con algo de fortuna, en el caso de Daniel Kröll, habiendo dejado a todos sus hijos “más o menos bien puestos”. Fortuna que se hizo “pelando el ajo” en Angol y Traiguén, arrancando del levantamiento indígena de 1881, luego regresando a “mover la challa” a Lumaco, Purén, Galvarino, Collipulli, donde cruzó el viaducto del Malleco a caballo; Victoria, Vilcún, Imperial… si hasta en las faldas del volcán Llaima anduvo aventurándose antes de establecerse en Los Ángeles, viviendo ahí mismo donde hoy está el Cuartel de Bomberos en O’Higgins con Ricardo Vicuña… pero esa es otra historia…

Existe una línea que une Paillihue con un pequeño valle europeo de Los Alpes, llamado Zillertal, en la región del Tirol Austriaco. Sí. Ese mismo valle que vio nacer una canción de Navidad que ustedes cantan todos los años, que lleva por título “Noche de Paz”, también vio nacer a los padres de Daniel Kröll, quienes tuvieron que huir de su patria en 1837 por defender su religión protestante, viviendo por 20 años en Silesia en el Reino de Prusia, para luego venirse a los confines del mundo en 1859 acá a Los Ángeles. Es un vínculo familiar y cultural olvidado por los que vamos y venimos, los que pasamos o nos quedamos.

Todos tenemos una historia familiar, que cuando la descubrimos, nos damos cuenta por qué nos sentimos tan vinculados con ciertos lugares y por lo mismo, invito a todos ustedes también a descubrirla. Evidentemente estas líneas pueden contener más de un error histórico que debe ser corregido y completado por futuros investigadores locales a quienes les interese el legado y el patrimonio de nuestro barrio. Lo importante es que estas mismas historias familiares nos vuelvan a vincular con los valores de los primeros habitantes de la antigua Población Siglo Veinte. Y aunque ya no esté viviendo en los campos de mi niñez, seguiré diciendo que soy de Los Ángeles. ¡Soy de Paillihue!