9 de enero de 2023

ALEMANES EN LA FRONTERA. PARTE I

 

Una aproximación a los límites territoriales

y la presencia alemana entre las zonas de los ríos Bio Bio y Toltén

INTRODUCCIÓN

Tras una larga ausencia en esta plataforma, voy a retomar las publicaciones incorporando algunos trabajos que he expuesto de manera virtual en distintas instancias. Como saben, debido a la pandemia de COVID, hubo restricción a los eventos grupales, siendo reemplazados por video conferencias, una de las cuales transcribo en el presente artículo.

Este trabajo fue presentado primero, de manera presencial, para el Día de la Inmigración Alemana, organizado por la Biblioteca y Archivo Histórico Emilio Held Winkler, de la Liga Chileno Alemana, en agosto de 2019. Posteriormente, y de manera virtual, mediante video conferencias, para la agrupación “Viva la Genealogía” en 2021 (Reunión Virtual Viva la Genealogía - Alemanes en la Frontera (04/08/2021) - YouTube), luego, para el Instituto de Investigaciones Genealógicas “ICHIG”, también para el programa de radio La Hora Alemana, gracias a la gestión de don Patricio Coloma y la agrupación GEDDGEN, en 2022 (Alemanes en la Frontera :: Arturo Neumann - YouTube), entre otras instancias.

LOS CAMBIOS DE LA FRONTERA

Lo habitual para nosotros es asociar el concepto de La Araucanía como sinónimo de La Frontera, pero desde el punto de vista al menos de nuestros investigadores, esto está bastante lejos de la realidad, ya que el territorio de anteriormente llamada “Novena Región”, es el resultado de una serie de “podas” en “injertos” que resultaron en la actual Región de la Araucanía.

Primero vamos a revisar el concepto de “Frontera”, que es el que está en la mente de la mayoría de las personas y que se manifiesta en opiniones en artículos, libros y redes sociales, y la evolución de sus principales límites territoriales a lo largo de la historia republicana.

Se nos ha hecho creer, y en opinión de una gran mayoría de personas, que el territorio comprendido entre los ríos Bio Bio y Toltén era una zona inexpugnable y específicamente su frontera norte, el río Bio Bio consistía en una barrera infranqueable en la que por un lado estaban los blancos y por el otro, los mapuches.

Nada más lejos de la verdad, por cuanto en territorios ubicados al sur de este río, ya sea en la zona del actual Arauco, o en la zona al sur de Nacimiento y Negrete, había muchísima actividad comercial y además, ya existían contratos de arriendos entre criollos y mapuches, en épocas más antiguas que la República de Chile, incluso anteriores al año 1800.


Por otro lado, no eran poco frecuentes las incursiones de mapuches al norte del río Bio Bio, en sus tradicionales “malones”, para hacerse presa de botín y de mujeres criollas y españolas que pasaron a formar parte del acervo genético de toda la etnia mapuche actual.


Eso, además de la existencia de un continuo comercio entre ambas partes, del cual son testigos ocultados por la historia, lugares tales como Hualqui, Talcamávida, Santa Juana, Rere, Nacimiento, entre otras localidades, sin dejar de mencionar la labor evangelizadora de la iglesia católica y su red de parroquias, capillas y conventos desplegados por todo el territorio al sur del Bio Bio desde prácticamente todo el período colonial chileno.

¿De dónde viene entonces, este “mito” del río Bio Bio como frontera norte de los territorios mapuches y la República de Chile? Sus defensores sostienen actualmente como argumento jurídico el Parlamento de Tapihue en 1825, según varios historiadores, el primero celebrado entre el pueblo mapuche y la República de Chile, aunque anteriormente en 1811 y 1813 lo hicieran las fuerzas patriotas y en 1824 hubiera un intento de tratado.


El caso es que, por un lado, no existía una unidad política entre mapuches (hoy tampoco), presentándose el cacique Mariluán como representante de 14 reducciones/comunidades/lof, como queramos llamarle, pero no de TODOS los mapuches.

Por otro lado, el tratado de Tapihue carece de toda validez jurídica, ya que, de acuerdo con la Constitución de 1823, vigente en esa época, todos los tratados con extranjeros solamente debían ser firmados por el Director Supremo, a la fecha, don Ramón Freire Serrano, sin ninguna delegación o representación. O sea, debía estar él presente y en este caso no fue así. La acción la encabezó el coronel Barnechea, por instrucciones de Freire, contraviniendo lo expresado en la Constitución.

Otro punto relevante indicado en la Constitución de 1823, es que todo tratado con extranjeros, debía ser ratificado por el Congreso Nacional, y en esta oportunidad, tampoco ocurrió así, ya que el tratado de Tapihue fue firmado el 7 de enero de 1825 y la constitución de 1823 fue derogada el día 10 de enero del mismo año, o sea, 3 días después. Por tal razón, al no haber claridad legislativa, nunca se ratificó este tratado por el Congreso Nacional, quedando en el vacío legal que invalidó su representatividad como tratado.

El hecho de que no lo haya firmado el Director Supremo y que no haya sido ratificado por el Congreso, hacen que el famoso tratado de Tapihue sea jurídicamente inválido y en la práctica es solamente una declaración de buenas intenciones, consecuencia negativa de nuestra tradicional costumbre de andar cambiando constituciones a cada rato.

LÍMITES TERRITORIALES

Para circunscribirnos al período de la presencia alemana en estos territorios, en el año 1852 se creó la Provincia de Arauco, con los límites territoriales del río Laja hasta su confluencia con el Bio Bio, y de ahí hasta el océano, por el norte, toda la costa hasta la desembocadura del río Toltén hasta su nacimiento en el lago Villarrica y de ahí hasta los contrafuertes cordilleranos que constituían la indeterminada frontera oriental, y cuya capital fue la ciudad de Los Ángeles.


Luego, para el año 1861 se fundaron los fuertes de Negrete y Mulchén en la llamada línea del Renaico, quitándole la importancia al río Bio Bio como línea fronteriza. 


Esta acción se generó a causa de las actividades de Orllie Antoine de Tounens, quien fuera proclamado Rey de la Araucanía, pretendiendo instaurar el control de todos los territorios al sur del río Bio Bio, por el lado chileno, y al sur del río Colorado por el lado argentino. Todo lo anterior, con el secreto apoyo del emperador Napoleón III, que, al parecer, fue enviado en misión de corso por el imperio francés, con promesas de apoyo militar y naval, en respuesta por haber perdido el control del Estrecho de Magallanes 9 años antes en manos de la República de Chile.


Esto hace que el gobierno chileno, ante el peligro de perder continuidad territorial, decida ocupar los territorios de la Frontera, en distintas oleadas en la denominada Guerra de Arauco. Es así como para 1870 se establece la línea del Malleco con una serie de fortificaciones a lo largo de este río y con ocupación militar hasta el cauce del río Cruces y parte del río Toltén, hasta el lago Villarrica.


Posteriormente tenemos la línea del río Traiguén en 1878, avance que fue interrumpido por la Guerra del Pacífico. 


Luego se estableció la línea del río Cautín en 1881, y la línea del río Toltén en 1883, con más fortificaciones a lo largo y ancho del territorio, reforzando los emplazamientos militares alrededor de Cunco, Villarrica y Pucón, para controlar los pasos cordilleranos hacia y desde Argentina.



Para 1887 el territorio de La Frontera estaba compuesto por las reducidas provincias de Malleco y Cautín, a las que recién en 1927 se les anexó una parte del territorio norte de la provincia de Valdivia, entre el río Toltén y el Cruces, para finalmente formar parte de la IX Región en 1974, actualmente denominada Región de la Araucanía.

Como se puede apreciar, los conceptos de Araucanía y Frontera son completamente distintos y obedecen, según nuestro criterio, a procesos históricos bien diferenciados a lo largo del tiempo. Por lo mismo, no podemos llamar exclusivamente al período de colonización de La Frontera como tal, sin considerar el contexto temporal e histórico, que en cerca de 30 años tuvo grandes modificaciones.

Continúa en parte II

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