10 de enero de 2023

ALEMANES EN LA FRONTERA. PARTE IV

 4° PERÍODO. COLONIZACIÓN DE LA ARAUCANÍA. 1883 – 1892.

Este vendría siendo recién la llamada por los académicos, la “Colonización de la Frontera” o “Colonización de la Araucanía”, comprendido entre 1883 y 1892.

Este proceso colonizador estuvo amparado por la ley de inmigración general de 1881, que reemplazó a la ley de inmigración selectiva de 1845 y más bien protagonizado mayoritariamente por familias de origen suizo y francés, siendo las familias alemanas apenas el 16% de los inmigrantes en este período.


En la colonia de Ercilla, tenemos a las familias: Albert, Benz, Birch, Birr, Bühlmann, Dreher, Glasser, Grollmus, Haug, Heinrich, Killian, Kind, Korn, Longnecker, Malmus, Müller, Neumann, Peschke, Pritzke, Riedel, Rubnik, Strauss, Todmann, Treskow, Von Unger, Weber, Wilde, Ziegler.

La colonia de Colo, cerca de Victoria, destacan los Seiffert y Westermann.

Victoria llegaron varios colonos contratados, pero no todos de Europa. Varios de ellos ya venían de otros procesos anteriores, como Humán o Llanquihue, o de otras zonas de la misma Araucanía: Baade, Beechler, Chemin, Finschi, Frindt, Gotterbaum, Heise, Hermann, Hunter, Kekow, Michelsen, Neumann, Niedmann, Otto, Peters, Pfeiffer, Reinmann, Sahr, Tamm, Tänner, Väter, Weitzel, Wustlich, Ziegler.

Quechereguas, cerca de Traiguén, fue una colonia mayoritariamente suiza, pero también llegaron familias alemanas como: Ascher, Dellinger, Domeysen, Faust, Frindt, Gimpel, Klein, Kleinert, Koenig, Ohmke, Reinhardt, Ulicke, Wolf, Zehnder

La colonia de Contulmo se fundó cuando esa zona aún era parte de la administración del territorio de colonización de Angol. Muchas familias llegaron desde Alemania, pero otras provenían de otras colonias anteriores, como los Vyhmeister, que venían de Puerto Varas, o los Neumann que llegaron antes a Valdivia. A ellos se sumaron los Arndt, Berg, Biel, Bormann, Bromisch, Duve, Ewert, Fechner, Franow, Geister, Girnus, Grollmus, Guggelsberg, Harnisch, Haupt, Hensel, Heubie, Jost, Just, Kirsch, Kliebs, Klonz, Klopfer, Koehler, Köhns, Kortwich, Kuhn, Kutz, Langfritz, Linke, Malig, Maringer, Marquard, Meyer, Motz, Müller, Oschee, Pfaff, Ritter, Röel, Saip, Schulz, Schwartinsky, Seeger, Sperberg, Techner, Thiele, Tzschabran, Vogel, Von Barchwitz, Walgerist, Zieballa.

En Traiguén hubo bastante actividad comercial, agropecuaria e industrial de familias alemanas, no pocas provenientes de otras colonias:

Aichele, Asmus, Beller, Drapela, Esse, Ewertz, Frick, Gendelmeier, Gericke, Gutmann, Hannig, Hauck, Hensel, Hohmann, Jensen, Kehl, Keller, Klagges, Kleinknecht, König, Krefft, Lange, Magofke, Müller, Müttel, Naumann, Plesch, Radtke, Schnake, Schwarzenberg, Stölze, Terpelle, Vetterlein, Weber.

La colonia de Quino recibió también muchas familias alemanas. Existe un cementerio muy bien cuidado en donde descansan ancestros de varias familias: Bieck, Hoffmann, Niefergold, Schulz, Brandt, Japke, Oschilewski, Thieme, Dietert, Kamsella, Pasche, Weber, Eberhardt, Knüpel, Poseck, Wester, Gebert, Krüger, Preuss, Wine, Golombeck, Magofke, Puschmann, Würslin, Graf, Müller, Reist, Yenschke, Hafemann, Nawrat, Saas, Zesky.

En Tricauco destacan: Erpel, Heise, Märtens, Müller, Ruef, Sifrig

En Dumo, Hillbrunner y Seiffert.

En Galvarino: Bachmann, Buchholz, Burhardt, Cohen, Haeger, Hohmann, Horn, Katz, Klagges, Kleinsteuber, Nagel, Reidel, Schumann.

En Púa: Gesche, Küling, Kreighoff, Kunz, Krüger, Kutz

A la colonia El Salto, llegaron los Venthur que hoy viven en Los Ángeles, al igual que los Hetz de Chillán y los Reinicke. Además de ellos, tenemos a: Gesche, Haenseler, Harnisch, Hausler, Hoffstetter, Lichtemberg, Meier, Müller, Oschilewski, Renner, Rickemberg, Roloff, Thiele, Utzinger, Vorphal.

Quillem fue una colonia bastante grande. También tuvo su cementerio propio: Affeld, Grünewald, Mehnke, Schöer, Berg, Haschke, Melcher, Seehaber, Bormann, Herdener, Mertens, Siering, Brandt, Hitz, Merz, Stephan, Cornelly, Horstmeier, Miethe, Tempel, Dossow, Jaeckel, Morgenstern, Topp, Egger, Junge, Moritz, Utschink, Erdmann, Kiekebusch, Müller, von John, Folter, Kierschke, Paslack, Vorphal, Frenz, Kobart, Pfeiffer, Voss, Geisel, Köthe, Pohl, Wehrhahn, Glauer, Krug, Raasch, Wolter, Gregorek, Leiker, Reinicke, Zihlmann, Grose, Marquardt, Riedberger, Zube.

La colonia alemana de Temuco es del año 1885. También llegaron descendientes de colonos provenientes de otras zonas: Andreas, Appelt, Axt, Baier, Barnert, Becker, Borke, Burgemeister, Dankert, Dellinger, Dreves, Ellwanger, Fiebig, Flebe, Fost, Frick, Fritz, Gottschalk, Greve, Haffemann, Hardtmann, Hegnauer, Helmke, Hitschfeld, Hochstetter, Hornisch, Ithal, Jankowsky, Kenner, Kinast, Klapp, Kluesse, Knaack, Koch, Koehler, Kowald, Krause, Kühn, Lüble, Malmus, Massmann, Matts, Meissner, Menzel, Michelsen, Momberg, Mons, Mosler, Neumann, Otterstein, Patzke, Perlwitz, Porath, Pritzke, Pruefer, Reusch, Sachs, Sänger, Schäfer, Schlotterbeck, Schmidt, Schütz, Steinbauer, Stepke, Tepper, Traut, Vogel, Walper, Wassow, Westermayer, Wichmann, Ziem.

En Purén, tenemos a: Bächler, Biel, Fenner, Kröll, Nickelsen, Oemick, Petersen, Rolack, Scheel, Simpfendörfer, Utz.

La colonia de Adencul, solamente tenemos a un apellido alemán, Rudt. En Chanco, a Paumann y en la colonia Ñielol, a la familia Horn.

En Lautaro tenemos distintos grados de presencia de familias alemanas, ya sea de colonos como de comerciantes, empresarios e industriales de ese origen: Andreas, Bächler, Becker, Faesch, Glauer, Golusda, Krüger, Menke, Pfeiffer, Pohl, Puschmann, Rudloff, Thiele, Voigt, Von Edelsberg, Wilken.

Varios apellidos se van repitiendo debido a la movilidad que tenían estas familias, buscando mejores condiciones para establecer de mejor manera sus actividades agrícolas, comerciales o industriales.

Más de algún suizo, danés u holandés se me deben haber pasado, ya que los documentos de la época suelen indicar no pocas veces nacionalidad alemana a ciudadanos de otros países, pero que estaban bien insertos en las colonias y colectividades alemanas de este proceso.

Salvo Contulmo y Purén, podemos ver que la ubicación de estas familias alemanas fue principalmente en el valle central del territorio de colonización, normalmente haciendo la función de dique entre las reducciones mapuches y los grandes fundos y haciendas que ya existían anteriormente.


La puerta de entrada de este proceso colonizador nuevamente fue el puerto de Talcahuano, después de un viaje en vapor de unos 30 a 35 días, bastante más corto y menos sufrido, comparado con los 4 a 6 meses en velero del primer proceso colonizador. Luego, trasladados en tren hasta Angol en donde eran pertrechados casi siempre en la tienda de Augusto Eickenrodt, para finalmente un largo viaje a los distintos lugares de destino, en esas ruidosas carretas chanchas con ruedas de tronco bruto y los bueyes no siempre muy mansos.

En este período quiero destacar a don Eduardo Menzel, quien desarrolló sus actividades en Temuco, aunque provenía de Valdivia. Tuvo una fábrica de cecinas en pleno centro de Temuco, en la esquina de General Mackenna con claro solar, parte de cuya edificación aún se encuentra en pie.


Tenía su crianza de cerdos en su quinta en Avenida Alemania los que trasladaba de arreo a su fábrica para ser faenados,


Como en invierno las calles de la Avenida Alemania eran un barrial infranqueable, era muy difícil llevar arreando a tantos chanchos, así es que instaló una línea de rieles para llevar sus animales en un carro tirado por caballos, rieles que después sirvieron para instalar un tranvía que funcionó por muchos años, siendo gran protagonista del desarrollo de Temuco,


También se dedicó a la actividad agrícola, ganadera y forestal siendo, además, uno de los fundadores de la Tercera Compañía de Bomberos, que fue la primera que hubo en Temuco, actualmente la Bomba Germania.


Don Eduardo Menzel representa el espíritu emprendedor del colono alemán en su afán de brindarle a su familia un mejor porvenir, y que no siempre es lo suficientemente recordado por la colectividad chileno alemana de Temuco.

5° PERÍODO. OTRAS COLONIAS ALEMANAS. 1893 – 1925.

Con el avance del ferrocarril hacia el sur, el centro de desarrollo se trasladó desde las ciudades costeras, hacia aquellas más cercanas a la línea férrea. Ciudades como Nueva Imperial, Carahue y la localidad de Puerto Saavedra, recibieron un fuerte influjo de familias alemanas, en su mayoría provenientes de Valdivia, ya que existía un gran intercambio comercial a través del transporte marítimo y fluvial.


El desarrollo de vapores en el río Imperial, fue la forma que con la que estas ciudades costeras enfrentaron el cambio de paradigma que significó el desarrollo ferroviario como eje motor de la economía regional.


Dentro de este período, una vez terminado el proceso de colonización general, el Estado de Chile entregó la responsabilidad a empresas privadas, las llamadas Sociedades Colonizadoras, para traer colonos extranjeros. Hubo al menos 8 empresas colonizadoras que recibieron tierras en Malleco, Cautín y Valdivia, abarcando más de 200 mil hectáreas para establecer colonos. De esa superficie, tan solo entregaron algo más de 28 mil hectáreas a más de 350 familias de colonos que se establecieron en esas tres provincias, quedándose las sociedades colonizadoras con el resto.

La Sociedad Eleuterio Domínguez y Compañía, por ejemplo, en la zona cercana al lago Budi, recibió más de 56 mil hectáreas. La Sociedad Comunidad Llaima en la zona cordillerana, recibió más de 24 mil. La Sociedad Ricci y Compañía, 75 mil hectáreas, en la provincia Malleco, no pocas cometiendo toda clase de abusos contra los inmigrantes.

Bajo este modelo, las sociedades entregaban alrededor de 70 hectáreas por familia en terrenos de no siempre de buena calidad, en vez de las 150 prometidas por padre de familia y 75 por cada hijo menor de diez años. Con el resto, los empresarios formaron fundos de grandes superficies, lo que favoreció el abuso y la especulación en vez de impulsar una auténtica colonización.

En la zona costera predominaron las colectividades alemanas asociadas a la industria, el comercio, la agricultura y el transporte, siendo iniciativas privadas, gestionadas por capitales propios.

En la ciudad de Nueva Imperial tenemos la presencia de las familias: Baehr, Esse, Frindt, Oberg, Scheid, Thiers, Trautmann.

En Carahue, Bonert, Holzapfel, Kind, Mast, Thiers, Valck, Westermayer.

Esta ciudad llegó a tener un Colegio Alemán, edificación en la que actualmente funcionan las oficinas de INDAP.

Puerto Saavedra: Lüer, Metzger, Thieme, Westermayer.

Bajo la nueva modalidad de las Sociedades de Colonización, se establecieron las siguientes colonias alemanas:

La colonia Nueva Transvaal fue fundada en 1903, con el objetivo de asentar a familias víctimas del conflicto anglo – boer de Sudáfrica, para que ocuparan terrenos fiscales en la zona de Gorbea. Fue liderada por familias holandesas, pero entre ellas venías no pocas familias alemanas, ya sea porque fueron empleados de empresas sudafricanas que vieron perdidos sus puestos de trabajo y se arruinaron por la guerra, o por ser descendientes de alemanes, emparentados por matrimonio con familias Boers.

Es difícil diferenciar las familias alemanas propiamente tales, ya que no pocas habían pasado por Sudáfrica, pero por deducción, obviamente con el riesgo de cometer errores, podemos identificar las siguientes: Boll, Brath, Doll, Gunther, Hoffmann, Keller, Keuter, Kolck, Diethelm, Schalk, Ulrich, Weimberger, Weisser, entre otras.

La colonia de Huefel Comuy, más tarde denominada Faja Maisan en Pitrufquén, fue fundada en 1905 por la “Sociedad Ganadera e Industrial de Valdivia”, trayendo colonos alemanes que anteriormente se habían establecido en Chiloé, pero que no pudieron adaptarse a las pésimas condiciones de clima y suelo de la isla. Posteriormente en 1912, llega otro grupo de colonos, incluyendo suizos y holandeses, para conformar esta activa colonia alemana. Las familias que destacan son: Amdt, Augsburger, Babileck, Brellentin, Brinck, Brun, Buck, Bulling, Demler, Domke, Eberhardt, Farfal, Fehling, Frey, Friedrich, Grabert, Henoch, Kanisius, Kling, Koning, Kopp, Kosenz, Krebs, Krüger, Kükensöhner, Kutzner, Langer, Lefenda, Lück, Luppie, Maisan, Mieville, Monarch, Nickel, Pfeiffer, Ploneitis, Redel, Reil, Rilling, Rudolf, Sassack, Sauterel, Schauer, Schell, Schneider, Schulz, Strobel, Steckel, Syll, Tatlock, Trinkl, Utsching, Zierath, Zuber.

La colonia Quilaco se fundó por iniciativa de la “Sociedad Comercial y Ganadera Lanín” también en 1905, al interior de la zona de Pucón, con familias alemanas provenientes de Europa y de otras colonias alemanas de Chile, principalmente de Valdivia. En esta colonia encontramos a las familias Axt, Braatz, Batlen, Biesterfeldt, Dünkler, Goldammer, Holzapfel, Krause, Lüders, Rascheya, Salewski, Schlegel, Schultz, Stertz, Tesch, Tonk, por nombrar algunas.

Teodoro Schmidt, del año 1924, asociada a la empresa colonizadora del Budi, heredera de la empresa de Eleuterio Domínguez, donde destacan las familas Baumert, Bürg, Deck, Dover, Hausmann, Hermann, Hund, Lorenz, Streck, Wilhelm.

En la comuna de Freire, se destaca el tremendo aporte realizado por don Juan Schleyer Brand y sus descendientes, generando un polo de desarrollo agrícola, ganadero e industrial, que sin duda fue reforzado por la instalación de la colonia de Allipén, conformada por familias como: Beffermann, Brun, Diethelm, Fritz, Geisel, Gericke, Grovert, Horstmeier, Klotzske, Kunz, Nowayesky, Stand, Strobach, Weber, Zapt.

Hay que aclarar que las colonias de Nueva Transvaal, Faja Maisan y Quilaco, si bien actualmente sus territorios pertenecen a la Araucanía, corresponden a procesos colonizadores de la provincia de Valdivia, ya que esas localidades no pertenecieron a la provincia de Cautín, sino hasta el año 1927, cuando ya estaban establecidas. Por lo mismo, la revisión de esas colonias alemanas merece una publicación distinta. Recado para Armando Lefenda…

En este período voy a destacar como personaje icónico a don Carlos Thiers, que provenía de la zona de Puerto Octay y que junto a su hermano Enrique estuvieron desarrollando sus negocios relacionados con la producción triguera, aprovechando la aún alta demanda de harina, instalando ambos hermanos, sendos molinos, uno en Carahue, a cargo de Enrique, empresa familiar que aún existe, y el otro, a cargo de Carlos en la ciudad de Nueva Imperial, en donde, además, se dedicó a la fabricación de cerveza, a la agricultura, ganadería y explotación forestal en los fundos que fue adquiriendo, para finalmente a inicios del siglo 20, construir su casa habitación en Avenida Alemania en Temuco, la cual alberga actualmente al Museo Regional de la Araucanía.



Reitero mi humilde homenaje y agradecimiento a estas personas que nos enseñan con su ejemplo, que se pueden lograr muchas metas con esfuerzo y dedicación, en cada uno de los distintos procesos que debieron protagonizar estas familias, sorteando las dificultades propias del idioma, costumbres, idiosincrasia, clima y cambios políticos y sociales, para darle a su descendencia un futuro mejor que el que recibieron de sus padres.

REFERENCIAS

APPELT, EMILIO; ARCHIVO NACIONAL; COLOMA, PATRICIO; DÍAZ, PATRICIO; FAMILYSEARCH; GOOGLE EARTH; HECK, EDUARDO; HELD, EMILIO; HERMOSILLA, CLÍMACO; INSTITUTO GEOGRÁFICO MILITAR; KREBS, LISELOTTE; LEFENDA, ARMANDO; MELO, JOSÉ; MUTZEL, EDITH; PINO, EDUARDO; RIQUELME, JOSÉ; SERVICIO DE REGISTRO CIVIL E IDENTIFICACIÓN; SCHIFFERLE, PATRICIA; THIERS, FERNANDO; VENEGAS, SERGIO

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